BRUMA MALVA: TRIBUTO A AMY WINEHOUSE








Por Daniel Morales.
Fotografías por Jose Girón.
You’ll never get my mind right
like 2 ships passing in the night,
in the night, in the night
Amy Winehouse
El pasado 17 de diciembre, a unas calles de la casa cultural Ya me amañé Bar, la banda emergente, Bruma Malva, hizo su primer debut con el ya legendario —y necesario— tributo a la titánica Amy Winehouse. Riesgo y ventaja, en una ciudad que poco le apuesta al arte y que está sobrepoblada de precarización y desdén. Luz oscura y secreta, en una puesta en escena que obliga levantar la mirada, atender su autenticidad, técnica y furia en medio de una ciudad/animal que se contrae y derrama su aliento depredador en cada uno de los rincones y dobleces que dejan ver las distancias de las estructuras que nos separan, siempre, de los rituales, la reunión y la intensa vibración de los cuerpos ante las olas, efervescentes, de la música que buscamos y que nos busca.
Bruma Malva fue fundada aproximadamente hace un año y está compuesta por los músicos Kelly Mendoza, en la voz; Andrés Amado, en la guitarra; Jhoan Ospina, en el bajo; Chevy Sansart, en la batería; Camilo Orozco, en el piano; y Camila Bohórquez, en el violín. Cada unx bocadx hacia la composición como una forma de exorcizar—o extirpar— la desazón y tedio de no encontrar algo que los represente en ese momento. Cada unx dirigidx hacia el horizonte de posibilidades de lo que surge en cada ensayo y búsqueda propia, íntima, a través de hacer música y, de un modo a otro, volver a lo que nos dejó el jazz, el neo soul, el rock progresivo, barroco a partir de lo malváceo, lo áspero y suave que lxs reúne a crear, ensamblar y mostrar, pues, ¿qué es lo propio, en realidad, si no es aquello que hacemos con lo que nos gusta?
Así, cercana la media noche, llegamos a escuchar un repertorio cargado de emociones súbitas, difíciles de digerir, que, al igual que performaba Amy, se convertían en un baile fúnebre/alicorado que valía la pena seguirle el ritmo con los pies, la sangre, los circuitos nerviosos. De la noche aún resuena el eco de los primeros temas interpretados: “You know I’m no good”, “In my bed”, “Me and Mr. Jones” y “Love is a losing game”; así mismo, los temas finales, “Wake up alone” y “Rehab”. Cada uno narrado, de antemano, logrando así, un ambiente donde fue posible conectar, interactuar y seguir el ánimo de lo profundamente herible que llega a ser lo humano; lo que nos mata por dentro, lo que no decimos. Me quedo con lo dicho por Kelly: “hacer una escena hacia la incertidumbre solo por la diversión, la unión, cantar como si estuviese en mi habitación, bailar”, termino ahora, es, esencialmente, lo único que importa.
Si quieres enterarte de los proyectos futuros de la banda, te invitamos seguirlxs en sus redes sociales: Instagram (@brumamalva) y Youtube (@brumamalva7739). No olvides seguirnos en las redes sociales como @altervoxmedia Déjanos tu opinión sobre esta y otras notas en la sección de Comentarios, o en la sección de Contacto, y #PasaLaVoz
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