ANTOLOGÍA: DANIEL B. MONTENEGRO

DANIEL B. MONTENEGRO. Psicólogo social, investigador de campo y docente universitario. Ha participado en talleres de escritura creativa y dirigidos talleres de escritura comunitaria. Algunas de sus poesías han aparecido de manera dispersa en diferentes publicaciones, su primer libro de poesía es Tríptico Árido (2020). Algunos de sus trabajos de narrativa también han aparecido de manera desperdigada, hace parte de la antología Águilas y moscas: selección de cuentos (2020) y Cuentos Atómicos: Antología Iberoamericana reciente (2021).

CON O SIN LIGAS

A veces se me cruzan
los cables,
el café nefasto que nos
dejó el tratado de libre comercio.
Los canales nacionales cuando
sirven la comida
y el ají que cae íntimamente en
la sopa del corrientazo.
En ocasiones recuerdo
los precios en la canasta familiar
y me motivo para hacerme
la vasectomía.
También veo
el servicio de transporte público
las universidades
los trabajos
las violencias
y me digo
lo afortunado que soy por
vivir facturando el tiempo
que se consume leyendo
este tipo de banalidades.
No da ligas, pero se goza.
y no existo más allá de estos
limites que es parcialmente
lo mismo que el ser incauto que
está atento a estas palabras.

LITORAL

Me atrevo a sostener tu cuerpo cansino
herido por innumerables disputas,
asustado por sentir algún tipo de compromiso.
Me dejo llevar por la borrasca que aviva
el elemento que esconde tu ilusión zodiacal,
esa misma que excusa tu proceder en el mundo,
perdida entre coincidencias y responsabilidades
cada vez más inútiles.
Me inclino para ver el mar, cara a cara,
y no soy capaz de nombrarle,
para mí tiene otra forma de habitar la existencia,
quizás como niebla que se disipa con cada roce
de nuestros límites o el exilio inoportuno
de un corazón que palpita.
Lo que he llamado vida
es la mezcla de mis memorias y tu ausencia
esa rareza que todavía no tiene significado
aún no sé cómo llamarte o responder a tus mensajes
pero rezo arrojado en tu peana pidiendo
que pases otro día conmigo.
Me dispongo a recibir tu cuerpo, una foto distante,
como expiación porque yo he decidido
esta condena de seguirte hasta que
mi organismo aguante o aparezcas arrojada entre
la espesura de los calendarios que no soy capaz de marcar
por el miedo de saber que en algún momento
ambos serán parte del olvido.

FAUNA IV
¿Qué tan fácil es salvarse
del ataque de unas pirañas hambrientas?
pregunta el perezoso a la hormiga.
Desde su punto de vista, para salvarse
necesita de la velocidad.
Pero el tamaño importa, una piraña arroja
muchas gotas de agua indiscriminadamente
puede ahogar a las hormigas en cualquier momento.
Por eso no estamos en la orilla de río,
replica la hormiga,
ni balanceándonos en las ramas
para tentar la suerte de una mordida de piraña
El perezoso refuta, dice que el propósito central de la vida
es tentarla,
acerca una de sus extremidades delanteras a
la superficie del río y nacen hondas circulares.
Yo espero a que se descuelgue lo suficiente para
darle su mordisqueada porque me han dicho que
el que no come perezoso no va al cielo de las pirañas.

HACE FALTA

Después de desplazarnos
por trocha y carretera
por fin hemos llegado.
Me hizo falta cinco para el peso,
tocó caminar hasta la ciudad.
No es el sueño
americano, pero se le parece
solo que aún guardo
las bombas en mi garganta,
los gritos aún estremecen mis
extremidades y los recuerdos
lloran dentro de mis bultos de carga.
Pido ayuda para progresar.
El pobre es pobre porque quiere
me dicen, y me donan indiferencia.
Yo quiero seguir siendo campesino
porque quiero,
pero en mi caso
no es suficiente
me hacen falta mis animales y mi tierra
que ahora le pertenece a alguien más
que le pidió al universo
que conspirara a su favor
y tal parece que en mi contra.