ANTOLOGÍA: MARÍA JOSÉ MURES

MARÍA JOSÉ MURES. Nace en Córdoba, España, el 4 de abril de 1970. Es maestra de Educación Especial y de Infantil. Tiene un máster en logopedia “Rehabilitación de los trastornos del lenguaje y el habla”. Ha publicado los libros Antes del Amor  (2001), Zahorí, leyendas (2004), Cambalache, (2005) y Primer Labio (2018).

Sus poemas han sido publicados en Antología de poetas de Fernán Núñez (2006), Ni diosa, ni dulce ni serpiente. Poetas cordobesas de ahora (2020), Voces emergentes de la literatura (2021) y De palabras a poesía. Antología colectiva de Yucatán, México (2021). Hace parte de los libros Romances y Canciones de Amor II y 600 Mujeres que hacen Córdoba (2018). Fue entrevistada por la Asociación de Mujeres Artistas “Las Roldanas” para el proyecto Grandes Mujeres de mi Tierra, Flamenco y Literatura (2020) y participó en el III Ciclo Poético: Moliendo Versos (2020).

Su primer premio le fue otorgado cuando estudiaba en el Instituto de Secundaria. En 2002 gana el segundo premio de poesía en Alfafar, Valencia. En 2007 gana el primer premio del V Concurso Nacional de Poesía Caños Dorados. Su producción poética aparece en revistas como Baquiana, Piedra del Molino, Alhucema, Arique, Quevedalia, y otras de formato digital como Crear en Salamanca, Linden Lane Magazin, de Texas, entre otras.

Sin saberlo

No llega el cable
¿dónde está el respirador?
Es tarde…
Gracias por el amor,
por la videoconferencia
que sin saberlo fue la última
por el cariño de tus azules manos
que aún no cerró mi boca.

Aviones

Como una cremallera
el avión pasa cerrando el cielo
una línea recta y profunda,
una cesárea interminable.

CD

Las fotos del último amor olvidable
sirven de redondo espantapájaros
ese relámpago que gira choca en mis ojos
pensando en mil momentos
en su movimiento pendular quedo en suspenso
y vacía como el centro del disco.

Más… que

Tus brazos dan más tortura que amor
me amabas pero había distancias
que no pudiste aguantar
¿qué hacemos con las flechas clavadas?
cómo se ama sin cuerpo y alma…
sacar la banderilla duele más
que dejarla en el interior
por eso tu insomnio febril.

Diábolo

He atado los cabos de los días vividos
apretando con tanta fuerza
que mi cuerpo es diábolo,
reloj de arena que cuenta
el tiempo para revivir.