ANTOLOGÍA: PABLO EGUREN CASAL

PABLO EGUREN CASAL. Nació en Uruguay, Ciudad de Montevideo. Estudió en la Universidad de la República, obtuvo el título de Dr. en Derecho y Ciencias Sociales, y el de Escribano Publico. Ejerció como Juez Letrado de Primera Instancia en lo Penal y en Derecho Administrativo. Se jubiló en 2020.
Proveniente de una familia de Poetas, es nieto de Julio J Casal, fundador de la Revista Alfar, poeta Ultraísta. Hijo de Selva Casal, poeta uruguaya fallecida en noviembre del 2020.Actualmente se dedica a la gestión cultural, editando libros de poesía y promoviendo a Julio J Casal y Selva Casal. Envía cinco poemas inéditos de su autoría.
En un instante
A Selva Casal. Poeta.
Madre
en un instante un rayo
tu mirada me abrasa
como en la infancia sin tiempo
Que son las despedidas los encuentros?
como un rayo cósmico atraviesas
la placenta de la creación
riegas la vida,
esperma transformado
en seres que están desde siempre
esperando conformar la cadena imperceptible del abrazo
Como el planeta transcurre entre ilusiones de tiempos inexistentes
prodigando amores imaginarios
niños con su cordón umbilical
transformados en apocalipsis
Incierto destino meditado consciente
es que puede ser cierto?
tantos seres
condenados por la ignominia
de los pueblos
vuelvo veo siempre esa mirada
que acompaña
llega al momento sublime
la creación sólo es
eso, si eso…
Imperturbable
transformado
en abrazo entrañable
del alma adormecida
encanto de no ser
a pesar de uno mismo
a pesar del dolor
el desasosiego
la ilusión!!
de vivir
de morir eternamente
La ciudad de los muertos. Teotihuacan
La ciudad de los muertos
quien sabe
su calzada vacía
extraña incomensurable
de ritos y ofrendas
vacía
de recuerdos vacía
el abandono cubre su memoria
no se conoce nada
sospechosa vacuidad
helada como la tristeza
Ciudad majestuosa como un sueño
vestigio de la historia
El hombre o los dioses concurrieron con sus cantos
sus desdichas milenarias
sacrificio de seres
en honores lúgubres
atormentados en danzas profanas qué aterran a las almas
Solo se esfumaron, cual viento
cuya pesadumbre sacude los tiempos
no se sabe nada
Solo vestigios de triste encantamiento
presencia silenciosa
de osamentas exhaustas
Abrazos llantos encadenados
en exilio secreto
Solo vestigios de seres
no conocemos
sus sueños
desvaríos
virulentos temores
enviados de los años
callados desencuentros
qué atestiguan
los templos desnudos
al firmamento alado
cuál presencia secreta
de constelaciones estrellas
qué llegan desde el cosmos
en llantos consumidos
por el fuego
los siglos
en instantes sin tiempo
Cual Malinche maldecimos
A los pueblos originarios
Ayer y hoy el tiempo paso a paso
de hombres y mujeres que atraviesan cenizas polvo
Llanto desencadenado como olas de un naufragio
Somos o no somos seres perdidos sin caminos
Desamparados de misterios
¡escribiendo realidades desconocemos si existimos!
Dime si algún día es cierto
Si en verdad estamos vivos, ¿cómo logramos realidades?
Serán ciertos acaso los desvelos sobresaltos alegrías e infortunios
Serán ciertas las noches oscuras los miedos amores ya perdidos
Es que acaso perdimos la inocencia
golpe a golpe… día a día con esos recuerdos que atormentan
somos prisioneros siempre de imposturas, actuaciones,
representaciones qué asemejan personajes que desconocíamos
Presos del destino de roles terribles teñidos de un rojo carmesí como la vergüenza
Tal Cortés cual Malinche maldecimos el papel que se convierte en horrores milenarios
Libertad y lucha ensangrentada cual derrota de Cuauthemoc, defensor de raza sojuzgada
Destino manifiesto humanidad cegada en lucha fratricida
Eterno desvarío de hombres y mujeres por siempre postergados,
flagelados marchamos por la vida cuál crucificado…. siempre
Siempre…. en el silencio
Yo bajé a los infiernos
A aquellos presos que han perdido la esperanza
Yo bajé a los infiernos
Sin darme cuenta recorrí sus ayes
sus olores penetrantes recordando lo rancio de la vida
hombres que recorren los pasillos con el alma arrastrada sencillamente de a pedazos transportadas
encerradas por siempre entre rejas
olores fuertes nauseabundos
desesperadamente imploran
el perdón, traspasando misterios
De a momentos vienen y van en el perdido camino de la vida
Es que quizás solo el ladrón bueno exista… ¿y el malo a dónde va?
¿Dónde?
Caminamos
Con pasos imposibles coronados de sorpresas
pájaros encerrados de miserias
de amores imposibles
pobreza
miseria de siglos, miserias
familia tras familia
mendrugo tras mendrugo humillado por laceradas súplicas
que atraviesan sus cuerpos diluidos en trastocadas tinieblas
Un solo vómito de sangre
gorgorea de sus cuerpos descompuestos
Se mueven en torbellino de lamentos
imposibles encuentros
contemplarlos es quizás algo
Impenetrable
desesperado
de quejidos cargados
Hasta el abismo del lamento
Despedida
A Julio J. Casal. Poeta.
Sin saber que pasa con
los tiempos transcurridos
tic toc
el reloj de la vida
se ha apagado
tic toc
el llanto desgajado de amores
inconmensurables
no se entiende que sucede
tic toc
simplemente abrazos entrelazados
médicos que corren y no pueden
tic toc
tic toc
hijos hermanos… traspasados de dolor
ese dolor enloquecido,
imperturbable, lacerante
atraviesa las almas
tic toc
desesperado, realizas ademanes
nadie lo presiente
Has sido despojado en un hachazo
brutal… abatido
¡no lo comprendes!
acaso la luz es triste despedida
Abrazas lo eterno
se acabó el espejismo
volvemos
Dios sólo mira
tic toc
misericordiosamente
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