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ANTOLOGÍA: MATÍAS ESCALERA CORDERO

MATÍAS ESCALERA CORDERO (Madrid, 1956), es autor de las novelas Un mar invisible (2009), El tiempo cifrado (2014) y El sollozo del fin del mundo (Kaótica Libros, 2023); así como de la colección de relatos Historias de este mundo (2011), y de los poemarios Grito y realidad (2008), Pero no islas (2009), Versos de invierno: para un verano sin fin (2014); Del amor: de los amos y del poder: de los esclavos (2016), Poemas del tiempo y del delirio/Poems of Time and Delirium (Edición bilingüe. Nueva York. 2019) y Recortes de un corazón herido: por la esperanza (2019). Ha sido galardonado con el premio de literatura dramática, Sala Margarita Xirgu, de Alcalá de Henares, por su obra de teatro El refugio (2009); y es autor de Memorias de un profesor malhablado (2013). Una parte de su obra ha sido traducida a diversas lenguas e incluida en numerosas antologías y obras colectivas. En su vertiente crítica, destacan el libro La (re)conquista de la realidad (2007), del que es coordinador, y su participación en el libro colectivo La República y la cultura. Paz, guerra y exilio (2009). Es asesor internacional de la revista de filología Verba Hispanica, editada por la Universidad de Ljubljana (Eslovenia), en la que fue profesor.


000–59 / ROSENQUIST, UNA MUJER BARRIENDO, EL ARTE

000–59 (Rosenquist: Guggenheim) Es una/otra más de las múltiples matrículas del arte
Ninguna contiene (pienso ahora mientras la contemplo de lejos) tanta dignidad contenida
como el gesto de esa mujer barriendo
su casa
a las once de la noche (después de una/otra más dura jornada)
mientras su marido llora lágrimas rojas
(y piensa quizás en su muerte)

000–59 (un cadillac: el MOMA y todos los amos del universo tomando champagne
y felicitándose por el éxito obtenido)
Y la mujer barriendo su casa (aún)
a las once de la noche (mientras su hombre piensa en la muerte)
y el arte (y la mujer/y Rosenquist/y el champagne/y el éxito obtenido/y la muerte)
y las lágrimas (rojas) todo es arte (quizás)
pero no todo
posee la misma dignidad (aún)


MUROS MÁS ALTOS

Muros más altos levantaréis y no impediréis arribar
A las nubes que llegan del mar
Como buques cargados de sueños
Ni ocultar el despertar de los durmientes
Que se desperezan
Que miran y sienten apenas el deseo de la lluvia


ISLAS NO

No somos islas (islas no –gotas oceánicas– islas
            solas: islas –briznas– solas
no –contra los vientos– islas –sitiadas: migas
de polvo– islas no)

No (no somos islas
            solas –exhalaciones– islas –destellos– dispersas
solas islas
no –contra las negras tempestades– desperdigadas
            islas no –gotas: en océanos– islas
aisladas no)

No somos islas (sitiadas pizcas –dentelladas– de polvo: aisladas
            islas –briznas– islas
            islas –hebras– aisladas islas solas islas
            islas –no– solas
            islas cercadas –arrinconadas: quizás– contra los vientos grises
pero islas solas no)

Olas solas (perdidas olas –olislas– motas: girones
oceánicos: sí pero no islas)

Barridos –dispersos: desconcertados– por el Huracán (sí pero no islas: islas no)


EL TERROR SE MIRA DE ESTE LADO

Hoy fue ayer es mañana
O ayer será hoy o también mañana (o fue quizás: y me equivoqué
            al mirar las esbeltas engañosas ramas
            abrazándose
            contra el gris perla sucio ayer: y fue hoy
            cuando me abrazan y me confunden
            con su danza…)

Tan iguales son los espejos (antes de la luz: tan idénticos a sí
            cada hoy ayer mañana: quién puede distinguir)

Lo que es será fue ayer mañana hoy los espejos idénticos
Y las ramas verticales de los plátanos de Indias abrazándose (a la luz
            gris sucia de ayer
            de hoy
            de mañana: o tal vez antes de la luz)

La luz justo antes de la luz y los espejos tan idénticos a sí mismos
            (tan inermes) Abandonados parecemos ante ellos
E insensato distinguir siquiera
Ahora lo indistinto

Ayer hoy mañana

El terror no acecha al otro lado de los espejos
Se mira (hoy ayer mañana: cada mañana) Antes de la luz
De este lado


MARIPOSAS Y PREFERENCIAS

Qué prefieres tú ser
La mariposa cegada (que se empecina en la luz
            y muere…)

O el observador imparcial de la paradoja (la luz
            que ciega confunde y mata…)

Si se fundiese la bombilla…
Si la apagásemos…


PREVISIBLE FUTURO

No hay nada tan alentador como el murmullo
De los niños
Jugando en un patio de colegio

No hay nada tan desalentador como sus futuros (previsibles)


PRESUNCIONES ERRÓNEAS DE LOS ESCLAVOS

A Galbraith

Ellos saben todo…
Ellos lo pueden todo…

Quién no ha escuchado el chispeo de los primeros copos
Secos
Sobre las hojas muertas…

Y su instantánea disolución en las negras aguas
De los charcos…

Quién no se ha agazapado bajo el oblicuo tronco
A mirar (en cuclillas) Y a escuchar…

Quien haya mirado…
Quien haya escuchado…

El mundo (los copos caer)

No tendrá miedo

Lo que parece muerto anuncia la vida


POEMA DESCARTADO

Lo peor del grito no es el grito en sí mismo
Sino que nadie lo escuche (o que coincida con la hora
            del silencio)

Que no obtenga siquiera la recompensa
De lo inerte

El eco


(A LOS DEMÁS)

Hoy ha habido nuevos asesinatos…

Nada de lo que yo diga –o escriba– evitará ningún muerto
Ninguna lágrima (ni siquiera compensará la pérdida de una hora
            extra sin pagar
            y mucho menos de una jornada de interminable
            e irritante despojo)

            … pero ése no es –no era– el problema


PASAR EL INVIERNO NO ES LO PEOR

            (… es el final del otoño) La vida entera se dirige a su extinción
Definitivamente

            (aunque) Quizás no todo esté tan claro: visto el asunto
Desde una terraza de verano…

            – Es así en efecto y quien esté ya ciego lo sabe…

            …

Es aún más duro el invierno: comprobar la lentitud de la muerte…

            – Y aguantar el barro y la lluvia…

            (… lo dicen: en efecto) Es duro pasar el invierno
Y ser testigos del pesado transcurrir de lo acabado…

            (mas) Esperar
Esperar a que llegue el verano es aún peor…

La esperanza del verano (ah la Esperanza…)

            … y el doloroso cansancio de la espera: al fin para nada…


AMOR SIN CONTEMPLACIONES

Las cosas suceden así…

Un día uno (quizás confuso
            o cansado) se va y el otro

Espera

Pasa el tiempo y otro día el otro se va (quizás confuso
            o cansado también) y el uno

Espera

Y es que uno u otro (o ambos: a un tiempo) Saben
Sospechan en realidad que el regreso puede durar una vida
Entera…

O que tal vez –lo más probable– no haya jamás ningún regreso…

Y aun así deciden (al menos uno: o lo deciden ambos
            el uno y el otro) Esperar


ESPERANZA Y LLUVIA

… aun así: digo…
… a la esperanza se entra como se entra a la lluvia…

            (… sin darnos cuenta…)

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