ANTOLOGÍA: VANE RAMÍREZ C.

ANGIE VANESSA RAMÍREZ CASTILLO. Nacida el 08 de mayo de 1994 en La Dorada, Caldas, radicada en Jamaica desde el 2019. Es normalista Superior, tecnóloga en Contabilidad y Finanzas, licenciada en Español y Literatura. El 17 de abril del 2020 ganó el concurso de relato corto realizado por “Cabaret literario”

Ha publicado poemas y cuentos en revistas nacionales. Ha sido incluida en la antología Poetas Valle del Cauca y Colombia, también, en la antología de cuentos La soledad de las jirafas, 2021. El 27 de diciembre del 2021 fue el lanzamiento de su primera obra literaria titulada Otra vez el viento.  

Poemas de Otra vez el viento (Nueve editores. Bogotá, 2021)

Siendo la una en punto

Las ideas se atoraron
como agua estancada.
El sueño está por vencernos
entre el sonido de un cortaúñas
y un viento fantasmal
olvidé contar todos los intrusos.
Cada uno espera el turno
no logramos
empezar
la creación
del poema ajeno.
De las ocho extremidades
ninguna logró algo decente.

(2020)

Estrellas románticas

Si son tantas
entonces sí es posible, 
un amor infinito 
en cuanto nos abrazamos
mi libro y yo.

(2015)

¿Cara o sello?

Muerte definición, cambiaron de tema.
Juntaron atardeceres en el reflejo de una orilla,
se besaron las espaldas detrás de una lancha
¿Cuándo se volverán a juntar sus cuerpos?

Él amaba las manos de su compañero,
con el ímpetu rodeando los dedos
juega con las varitas.
Las espadas eran su fuerte.

Una moneda en el aire
apostando quién sufrirá primero.
Despertaron, olvidaron, escribieron.

Aquella moneda
nunca volvió a su mano,
la varita tampoco.

(2016)

Amarte

En este valle no hay profundidad,
demasiado planos los senos,
no había voluptuosidad en las curvas.
Así jamás se volvieron a contemplar.
No tiene sentido, si solo en el silencio existes.
Una amiga imaginaria ha muerto.

(2015)

El tres de las infamias

Resulta entonces que Dios omnipotente
se equivocó dos veces: la primera, cuando te hizo;
la segunda, cuando me hizo.

Umberto Senegal

La tercera… no hay registros, ni antecedentes.
Puede ser ella el número tres de las infamias, del mundo.
El recordatorio de que el hombre no es el único miserable.

Tanto qué confesar Pessoa, Senegal, lectores.
Qué decir, entre barrotes de inseguridades
he reído cuando debía estar en seriedad
y cuando todos ríen, prevalezco extraña y quieta.
Hace mucho aprendí a callar,
en sueños hablo con seres que nadie ve.
Como Pilatos, me lavé las manos,
no he leído el segmento del salmo 91
Creo en la fe de no invocarle al otro mis creencias.
No me extraña lo que hace la vida
lo que sucede es que se caen las caretas.
Pero nos sujeta el hilo de escribir.
No, marionetas no.
Sin importar la vida que se lleve volvemos
a la tinta. Una costumbre invocadora.
Algo, por fin, algo
de lo que no debemos disculparnos.

(2021)

A los cincuenta

¿Qué tan prudente es ponerse una vagina? ¿Dónde se compra?
¡Ser mujer es excitante! ¿Extrañaré mi pene?
Niño-Niña, mujer-hombre.
La única verdad es que “nací fea”

(Inédito, 2020)