ANTOLOGÍA: VICTORIA VACCARO GARCÍA

VICTORIA VACCARO GARCÍA (Ecuador, 1998). Poeta, mujer trans, feminista. Sus textos han sido publicados en el blog de la editorial Despertar, en las revistas Tangente, Pie de Página, Liberoamérica, Elipsis, Vuela Palabra y en el Periódico de Poesía de la UNAM, figurando también en el octavo dossier de Poesía No Consagrada de la revista Granuja. Su primer poemario, Árbol ginecológico, fue publicado en el sello Minga Poética de la editorial Crímenes en Venus (Guayaquil, 2020) y en Libero Editorial (Madrid, 2021). Actualmente cursa la carrera de Literatura en la Universidad de las Artes.

del no mundo
de todos los mundos devenidos cielos, abismos
del mundo que yace bajo la boca de mi madre

yo soy

animal que pace en la híbrida fosforescencia

voy con el signo y la unción hacia adelante
hacia mi muerte sagrada

voy desnuda hasta el fin de las edades.

Arrodillada frente a tu vientre
siento el pulso intermitente
de una herida que se fragua;
cuerpo que predice la tempestad
sangra hacia los cuatro ángulos.
Solo esperar. Solo el artificio
de esta contemplación que no cesa.

Esta sangre que nunca pedí,
flujo de una diosa adolescente,
–océano que vino a hincar
la carne estrecha que yo amo–
surge, tiembla, se estremece;
acaso vieras su curso dirigirse 
hacia la aciaga blancura,
acaso vieras en mi boca la palabra
cercenada por latitudes.
Si acaso existieras dentro de mí
para hacerte figura de dolor
en todos los cuerpos anónimos. 

la lengua
el contacto
figuración de lo habitable

invoco un nuevo exilio
desde los márgenes de tu sombra
hasta la desembocadura del alba

navegar
en la sagrada hidrografía
para imaginarme en todos tus espejos

Conjuro dentro de mí las eternas voces que trepidaron en tu anatomía antes de que me conformasen criatura circuncidada por el terror. Solo ellas tienen la potestad sobre mi máscara. A ellas confío la maldición que me instituye animal de niebla ∕ flora del no-mundo ∕ divina simbiosis de los sexos. Con ellas canto para que no suceda la muerte.

hágase-en-mí-la-sinfonía-de-los-dioses-abortados

Mis ojos color-de-vientre rastrean la estela redentora. Antes de nosotras, la raíz del árbol se arraigaba hacia los infiernos y la tierra perforada atenuaba el lamento de los difuntos, les inundaba la boca. Míranos, en el tiempo de la inflorescencia, erguidas en el mismo horizonte que irrumpió el grito de mi nacimiento, esperando una hebra de luz, rasgadura seráfica.

hágase-en-mi-la-sinfonía-de-los-dioses-abortados

A través del cielo que cuelga sobre nuestras cabezas como el fruto de una bestia castrada, a través del vértigo azul que exhalan las serpientes, que surja la última mujer engendrada en el génesis de tu estirpe. Deja amanecer sobre tu perfil la continua iridiscencia que nunca conspiraron los profetas. Así se cumplirá todo lo escrito.

hágase-en-mí-la-sinfonía-de-los-dioses-abortados

Tu sexo fulgura como un estigma entre las dimensiones errantes del abismo. No te conoce nadie: tu nombre no es oscura hostia en la lengua de los ídolos, tu imagen no se disuelve en el oleaje inmemorial de sus venas. Pero aun así escondes entre los márgenes de tu signo la eclosión postrera, el trueno, hilo de fuego que traspasará mi otredad negada.

hágase-en-mí-la-sinfonía-de-los-dioses-abortados