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ANTOLOGÍA: TOMMY FURIBE

TOMMY FURIBE (1981). Mi primer poema fue robarle cocaína a mi papá, luego crecí y me di cuenta de que él también se la robaba. Mi primer libro se llamó Ecofascismo, pero solo eran versos plagiados. Supe que la mejor obra literaria era montar un imperio trasnacional de narcotráfico, pero dejé de escribir y ahora quiero ser emperador del mundo. Eso sí, solo si mi papi me deja. Actualmente, me desempeño como testaferro de grandes empresarios.


REX EL PERRO DE LA POLICÍA

Cuando sea grande quiero un centro comercial para mí solito. Los dulces. Los televisores. Las escaleras eléctricas.
Me la pasaría en un carrito de supermercado derrapando y haciendo trucos sobre los escaparates.
Prendería quince pantallas gigantes para ver el partido de nacional o mejor viendo todos los reinados de belleza del mundo al tiempo y me la pasaría jugando playstation y comiendo macdonalds hasta totiarme la barriga y desmayarme en una piscina de pelotas.
Me limpiaría el culo todos los días en las tiendas de libros
después de dormir en las salas de cine en donde solo proyecten rápido y furioso. Pasaría los días nadando entre dulces y helados. Celulares y hamburguesas.
Abrigos y joyas. Tendría mi propio club nudista con pista privada de bolos con golfito y piscina cubierta con directv y masajistas.
El último piso sería una suerte de cancha de polo con helipuertos algo como un pingpong gigante sobre los edificios
con transmisión satelital directamente a los inodoros de mármol. Cuando sea grande quiero mi propio establo de máquinas de lotería engranadas y funcionando las 24 horas del día. Quiero un paso fino
al que pueda obligar a cargarme de un lado al otro de la plantación
de palma y banano que haría en los jardines de las entradas principales.
Traería hipopótamos. Compraría el senado del centro comercial para tener más centros comerciales. Sembraría el terror
en los arrendatarios atrasados. Cuando sea grande tendré mi propia hacienda con un ejército privado
para fiestiar 24/7 con los mejores djs y orquestas del mundo
y las mejores drogas y orgías y los mejores chorros y las mejores putas.
Cuando sea grande quiero tener mi propio ejército privado
y viajar en aviones repletos de cocaína para olerme las nubes que deje en el cielo, invadir desiertos, quemar selvas, destruir culturas, comer hotdogs
en el porche de mi casa de california, frente a los viñedos,
con mi esposa radiante en su vestido rojo y mis hijos deportistas aprendiendo a golfear y a pelear con el perro Rex rescatado de los policías.


ALVARO URIBE VELEZ O EL MITO DEL ETERNO RETORNO

un buen día nuestro amigo zaratustra bajó de la comuna muy feliz y muy trabado
“oh bendito sea ese espíritu indómito, que viene cual viento tempestuoso para todo hoy y toda plebe” se dijo a sí mismo sin pensar mucho en las balas que bajaban por la trocha
cuando en medio de su letargo miró “hacia arriba: -aunque sobre sí
iba sentado ese espíritu mitad enano, mitad topo; paralítico; paralizante;
dejando caer plomo en el oído, pensamientos-gotas de plomo en el cerebro”
Oh, pequeño pizarrín de carriel y sombrero, dime qué haces en mis hombros
-dime, oh buen zaratustra, ¿vas a testificar para mí o en mi contra? le dijo y zaratustra rio a amplias carcajadas:
“te has arrojado a ti mismo hacia arriba, mas toda piedra arrojada, ¡tiene que caer!”
y el pequeño diablillo se puso muy verraco y se le chapetió toda la cara
-llevas un portón sobre ti y a cada lado hay una calle de muertes que se abre eternamente.
El portón lleva un letrero que dice “fosa común” pero si recorrieses una calle de estas, ¿crees tú, enano, que esos caminos te incriminan eternamente?
cada uno de los falsos positivos, ¿no han muerto ya mil veces?
cada uno de los testigos que testificarán contra ti,
¿no han muerto ya mil veces?
Y si todos ellos ya están muertos: ¿qué piensas tú, enano, de esta fosa común?
¿no tendría también este portón que haber existido ya?
el diminuto paraco se puso pensativo y dijo:
“A mí me tienen que matar de bala y no de miedo… de 30 balazos en el semáforo, como tiene que morir un mafioso”
y Zaratustra bien llevado como andaba ese día pensó para sí mismo:
el eterno retorno es una motosierra que se masacra a sí misma


MERCADOLIBRE

Amix, estoy vendiendo mi cuerpo.
Soy esta foto feliz frente al espejo.
Debo encontrar al lobo tenaz
y surtir de poemas el Sanandresito.
Tener el puesto de limonadas terribles,
más verdes que las fábricas.
Madrugar a cargar costales
como una calculadora de músculos.
Ser aeródromo en las cúpulas aéreas.
Yo, el tiburón payaso de los arrecifes del emprendimiento,
cazaré feroces empresas hasta robar mi propio monopolio.
Invertiré en bolsas ziplock hasta
tener Kublakanes cómo el ubérrimo.
¡Me cansé de ser la extensión de mi computador
que complace amos invisibles!
De negociar con mi tristeza.
De ser portador free-lance de una corona de espinas.
De arrastrar una oficina en el pecho.
Rota mi espalda, anclada a la pantalla del mundo,
ebrio de energizantes y ansiolíticos,
desisto. Vendo, vendo mi vida.
Promoción 2xNada a cambio de alguna sinapsis:
mi imagen-producto por el arriendo;
mi riñón mi hígado mi voz por su cochino dinero;
mi templo mi sensualidad por sus tokens.
Me vendo. Trafico mi destrucción.
Subasto mi intimidad. Soy director ejecutivo
en la central de mi bancarrota.


Imagen 1. FURBY FURIOSO

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