ANTOLOGÍA: JOSÉ GIRÓN

JOSÉ GIRÓN. Egresado de la universidad ITAE Bucaramanga en producción de Radio y Televisión. Experiencia como redactor, editor de video, realizador de entrevistas y reportajes en Revista La Chueca. Investigador en la preproducción de los cortometrajes Naranjas (Seleción Oficial en el Festival de Cine de Palm Springs, Estados Unidos, 2014), y Yucas (Seleción Oficial en el Festival Internacional de Cine Río de Janeiro, Brasil, 2017). Libretista en 2016 de la serie documental de televisión Mitolombia de la ANTV para el canal TRO.

Realizó un cortometraje de ficción llamado «La Nave del Vino» como proyecto de formación con la Academia Fundactor para estudiantes y aprendices del medio audiovisual. También fue sonidista en la séptima, octava y novena temporada de la serie documental Contracultura, apoyada por el Ministerio de Cultura.

Actualmente realiza la postproducción de un proyecto de autor grabado en Hungría y Suiza entre los meses de agosta y octubre de 2018.

 

Capítulo 1 – “El estudiante de Praga”
(del libro Los cuadernos del diablo)

Mañana hay luna llena
miré los escritos de años atrás
la cita de Jung sobre la película
El estudiante de Praga.

Girando una y otra vez
a través de textos infantiles,
notas bibliográficas y
párrafos reescritos.

Descubrí notas precisas
sobre la ansiedad, si siento
ansiedad estoy más lejos de la realidad.

La realidad es víctima de la ansiedad.
Mi realidad es victima de la ansiedad
aquí tenemos un arquetipo común,
amigo de la tristeza.

Sin embargo, si están juntos
ambos visten desesperanza.
Antes de la cuarentena
saltando alrededor de la demencia locuaz,
el año nuevo
seré positivo.

Escribir es un acto de fé,
las muletillas, las manchas
y un vocabulario simple
tienen un lugar apartado en los desechos.

Las venas se agotan
los párpados pesan
las ideas no se condensan.

El Mesón de los Bucaros
será escombros
esta ciudad pertenece a los amnésicos.

Los recuerdos son derribados
tengo una fotografía de un anuncio eliminado.
Las letras doradas fueron recogidas con palas.
El calor, los tejidos, el sol de Bucaramanga,
las sombras de los autos, pero ¿a dónde vamos?

Alguna mañana de terciopelo,
un cigarrillo, un rollo de 35 mm,
negativos de finales de noviembre,
un plato plano y cenizas, cenizas.

Cada incineración es una nebulosa,
el tiempo retenido,
las imágenes,
el ñero que estaba a punto de robarnos,
el inexorable celador del estadio,
el encuadre,
la toma ISO 3200, el techo de la sala Zalamea en UIS.

El olor de Napoleón, la mirada racional frente a la lente,
la paz que me tranquiliza,
mi euforia, el cuento de las 4 de la mañana,
mi guerra interior, la paz en la nada.

 

Capítulo 5 – “Páginas en blanco”
(del libro Los cuadernos del diablo)

La lucha es siempre contra las páginas en blanco. No estoy asombrado, pero me intriga darme cuenta de cómo esa última lectura sobre la levitación se está convirtiendo en parte de mi vida.

Desde la soledad de Lichtenberg en «La vela encendida» hasta la revista sobre el conocimiento del alma; la conciencia como piedra angular de cualquier proceso creativo, la naturaleza, la comprensión de la esencia primitiva, el sueño milenario, el tiempo, la inconsciencia, el delirio, los héroes y las quimeras.

Hoy encontré en mí ese espejo: el silencio de la poesía, el baile de esas flechas de introspección en mi alma. La lectura es un espejo a lo largo del camino, el alma es trascendente, pensando en placer y dolor, apartándose de los egos, el juicio, las situaciones materiales.

Llegaría a un desequilibrio  ¿Qué pasó en esos días que dejé de escribir? ¿Debería esclavizarme en la linealidad? Si no conozco mi propia intimidad, mis rasgos más profundos y los acepto, ¿cómo puedo juzgar a la humanidad? El placer por los comportamientos licenciosos y ver pornografía, por ejemplo.

La serpiente del instinto envenenando con un ataque mortal, manteniéndose vivo al enfrentar la inquietud de las impurezas, la náusea de la convivencia en un mundo procaz, el alma girando en sí misma, trato de regresar de repente pero no puedo encontrar cualquier sentido en ese regreso. Solo en esta sala, lejos de la línea de tiempo. Ayer fui dueño de horas y hoy me atraparon.