NA MORALES EN ACÚSTICOS LA CULTURAL

Por Alejandra Botello.

Fotografías por Andrés Velandia y Juliana Mendoza.

Para aquellos que disfrutan la buena música, una dulce voz y “una que otra” canción romántica, la tarde del miércoles 20 de junio dejó de ser una tarde cualquiera, y se convirtió en la excusa perfecta para dejar salir ese lado “sensible”, que todos llevamos dentro y que tanto nos esforzamos en ocultar. La cálida voz de Na Morales fue un oasis que me permitió apartarme un rato de mi cotidianidad, con el fin de disfrutar plenamente de lo que se convirtió luego en una cita entre amigos.

«Libertad de ver, oír e interpretar lo que nuestro corazón quiera en cada momento.»

Digo “entre amigos” porque antes de iniciar cada canción, Na se permitía hablar con el público, explicando cómo había nacido cada tema y cual había sido el sentimiento detrás de cada uno, no sin antes animarnos a nosotros, los asistentes, a aprovechar lo más bello que tiene el arte: su subjetividad, aquella que nos otorga la libertad de ver, oír e interpretar lo que nuestro corazón quiera en cada momento.

También fue entre amigos porque dos “colegas” suyos se unieron a ella: Ana Naranja y The Riverman, quienes aportaron lo propio a las canciones interpretadas junto a la barranqueña, la cual nos deleitó con su música en una velada organizada por el Instituto Municipal de Cultura de Bucaramanga.

«Nos recuerda cómo esta vida que vivimos, este mismo instante, es lo único cierto.»

En esta ocasión me faltan las palabras, pero me sobran y sobraron los sentimientos (sobre todo ahora, que mientras escribo, su música suena en mi lista de reproducción). Canciones como Todas las Flores (que fue inspirada en Dios y va dedicada a Él), Lo que por agua vino y Cuándo vas a irte (que me dieron y me dan justo en la tusa) y Solo una vez (que nos recuerda cómo esta vida que vivimos, este mismo instante, es lo único cierto), nos permitieron disfrutar (estoy segura que a todos como a mí) esa mezcla de voz, palabras y versos de donde nace la belleza; belleza que proviene tanto de la música de Na Morales como de su carismática presencia, pues como dijera mi amado Oscar Wilde, “la belleza es superior al ingenio, no necesita explicación”.

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