ANTOLOGÍA: MAY ROMERO QUIÑÓNEZ

MAY ROMERO QUIÑÓNEZ (Miranda, Cauca, 2001). Socióloga, escritora e investigadora. Es autora del fanzine Relatos de una flor de mayo (2023) y coautora de la 13ª edición de la revista Matamba (2023), del fanzine Torcer la Palabra (2024) y del libro de cuentos Tierra querida (2024). Ha publicado en el libro Negritud y Academia (2024), en la revista Santa Barba Poetry (2025) y en la revista Kametsa (2025). Su trabajo explora la intersección entre racialidad, género y emociones, integrando la creación literaria como herramienta de re-existencia. Colección de poemas de la obra Metros de piel, escrita entre agosto y diciembre de 2024.

Licor de anís

Tus letras han escrito en mi desnudo cuerpo, tus besos mojados han hecho babas mis deseos. Bésame donde me dices lo mucho que me disfrutas, toma las gotas de mi sudor, complétalas con licor de anís. Desdibuja tus tiernas intenciones en mí, hazme de ti.

Telepatía

La respiración se agita por el licor que corre entre el cuerpo y la cabeza. Agarras mis manos mientras cantas y gritas esa canción con tanta euforia; el calor de tus manos logra subir mi temperatura a tal punto que siento cómo me moldea energéticamente. Mi cintura se suelta como una boa en las aguas frías del pantano, y mi corazón late tan rápido que mi pecho se abre para darle más espacio, mientras tus dedos tocan mi piel, un poco sudorosa. Empiezo a cerrar los ojos para que mis pies también escuchen las ondas y vibraciones que emanan de la música. Solo miro tu rostro y veo que estamos conectados, como si fuéramos una mezcla de miel y mermelada, así, tan dulce y empalagosa. Cuando dos escorpiones se toman de las tenazas, la existencia sexual se manifiesta en un deseo desenfrenado y una sustancia de la misma esencia desmaterializada. Así, cuando leas mis pensamientos y yo los tuyos, mientras brincamos desaforadamente en la pista, tendremos un único orgasmo en el cerebro, el cual hará sentir que el éxtasis de una conexión contraenergética que gobierna el cuerpo regido por la energía.

Energía travestí

Migrante del binarismo representada en un misterio cosmológico, vengo de una ruptura material de la naturaleza contra-biológica. Ser hija del polvo de una estrella que me conecta con las situaciones del devenir travestí, como una incomprensión descifrada fuera del sistema mundo erguido por el sexo-género. Soy más que géneros y un cuerpo mortal; soy la sensualidad misma que atrae, pero también asusta, porque somos disociaciones mentales del metaverso puro. Existimos mucho antes del inicio y conocemos el fin, que es eterno, como los ciclos de vidas pasadas en las que he habitado. Soy más que la carne y el verbo, soy un ser que transita en las grietas junto a las raíces de las flores que las rompen. Tengo la capacidad de ser, de conquistar y de sobrevivir ante el hostigamiento bizarro del macho castigador; y aunque intenten acabar con el verdadero sentido de nuestra existencia, he de volver y nacer en manos de mis otras hermanas.

Tránsito visceral enraizado

Las raíces de los árboles son semejantes a los nervios que atraviesan todo mi cuerpo. El rugir de las tripas es el rugir del bosque, sediento de fluidos cosmológicos que se descomponen en las vértebras torcidas de mi columna vertebral. Araño las malas intenciones hasta que sangran mis dedos, se combinan con el sudor desesperado, tan caliente como la lava de un volcán. Me ahogo con las babas, como si me sumergiera en un río frío profundo que logra salir a las orillas enlodadas. Después de moverme entre huesos, logro expulsar las vísceras completas y me quedo enraizada en las piedras.

Telarañas

Tus uñas intentan arañar las telarañas que llevo por prendas, estoy tan enredada que no puedes ver mis motivaciones claras. Deberías dejar que astillar mi pecho, porque mi corazón ya está sangrando. Palpita y palpita hasta agonizar; solo siento frío, deseo sentir calor en mi alma.