ANTOLOGÍA: BILLIE JEAN MADERA GARCÍA

BILLIE JEAN MADERA GARCÍA. Filósofo de la Universidad del Atlántico, cofundador de la Fundación Nuevas Letras; fue consejero Distrital de Literatura (2015-2018) y Consejero Nacional representando la Región Caribe (2019-2021). Con su fundación ha organizado el Festival Nuevas Letras, en sus 8 versiones; además de abrir espacios como el Jam de música y poesía, y Noches de Bohemia, ambos, eventos bisemanales. Autor de la antología “No me salvo” (2013), “Y de nuevo, estas no eran las palabras…” (2015), y “La danza de las cenizas” (2024). Ha hecho parte de la Antología Poética Mariamulata Vol. II (2012), Nuevas Letras, Memorias (2017), Poetas Bajo Palabra (2017), Poética (Argentina, 2018), Cuarentena 2020: Bitácora Mundial (2020), Arte In Memoriam, Vol. 9, 10, 11, 13, 14 y 15 (2013, 2014, 2015, 2021, 2022 y 2023), Bitácora Abril/Mayo (2021) y Quemarlo Todo: Antología contra la dictadura (2021).

Yankee-God

De niño supe que Dios era estadounidense
y los enemigos de su patria
tenían pacto con el demonio;
tal vez por eso los comunistas usaban banderas rojas,
porque de rojo mostraban en películas al diablo.

Entendí que sus nuevas iglesias parecían a Starbucks,
los sacerdotes se vestían de Ronald Mc Donald,
y el único idioma que destruyó Babel
se instauró en el lenguaje del dólar,
y que Cristo reencarnó en Mickey Mouse
promoviendo el reino de los cielos
como nueva atracción de DisneyLand.

También entendí que los profetas de la fe
viajan en aviones que cargan toneladas de explosivos,
que es la palabra del señor,
dictaminando el apocalipsis y democracia en un botón.

Definitivamente Dios es yanqui
y director de Hollywood,
para dar sus mensajes en pantallas gigantes.

Cuando la felicidad toca blues

Cuando la felicidad toca Blues
la cerveza no es una salida
sino un reencuentro con tu viejo yo,
besas tus cicatrices
y estas te hacen cosquillas,
abrazas el asfalto donde caíste
por el vértigo de la vida,
te desnudas bajo la lluvia
y danzas de contento
el baile de los derrotados.

No te arrepientes de tu camino,
mucho menos de los errores.
El recuerdo de tus amigos sabe a Jack Daniels
para emborracharte de alegría.

Cuando la felicidad toca Blues
te fumas el pasado para calentarte
y del humo que exhalas
encuentras las formas de seres amados,
de momentos perpetuos,
perdonas a los que te hicieron daño
y les agradeces por ser unos bastardos
que te enseñaron -quizá- a ser más fuerte
y a sonreír, aunque estuvieras destruido,
o a destruirte con una sonrisa.

Cuando la felicidad toca Blues,
la nostalgia es su mejor melodía.

Dios odia a los hippies

Dios odia a los hippies,
tal vez por eso prefería al carnívoro de Abel
antes que a Caín y sus ofrendas vegetarianas, bajo en grasa;
o condenó a las comunas de Sodoma y Gomorra
por su amor libres de prejuicios y lleno de sexo;
no perdonó que Jonás renunciara a su misión
y se fuera de mochilero, hasta el punto
de que se lo comiera un bocachico gigante,
y prefirió que Dalila traicionara a Sansón,
con el simple hecho de motilarlo;
también echó del paraíso a los vagos de Adán y Eva
pa’ que buscaran trabajo.

Dios odia a los hippies, y para colmo de su mal,
su hijo principal resultó siendo el más hippie de todos,
caminando descalzo con otros doce desempleados
que le seguían el juego para achicarle vino adulterado.
Tal vez por eso lo destinó a ser crucificado por tombos romanos,
y resucitarlo al tercer día,
porque el descanso eterno es invento de demonios y sindicalistas.

Media noche en el infierno

Es media noche y el viento sopla fuerte
en las afueras de su ventana
mientras se refugia con fuerza
entre las sabanas de la cama;
teme ver nuevamente al diablo con rostro familiar
quebrantando todo lo que ella creyó soñar
Y a esta flor que aún no ha florecido
le destrozan los pétalos de la felicidad.

Es media noche y se escuchan
los pasos inmisericordes de la inclemente lascivia,
la niña cierra los ojos mientras entrecorta su llanto, sus lágrimas;
hace tiempo que escuchó los lamentos del infierno
entre sus gemidos de dolor;
hace tiempo que las hadas se suicidaron
por la ausencia de su sonrisa;
hace tiempo que supo que el peor mal
se esconde en la propia casa
y los peores destrozos los cometen quienes te cuidan.
Hace tiempo descubrió que su sabana
no la protege de los monstruos,
que ellos se escurren bajo estas
profanando su cuerpo, destruyendo sus adentros,
descuartizando su inocencia.
Y su pesadilla empieza
sin que ella duerma.

Es media noche y las ramas golpean fuerte las ventanas,
como queriendo salvar esa flor
que deshoja una mano tirana.
Es media noche y las manos desbordantes de deseo
callan los gritos ahogados de la niña
que siente cómo las llamas del infierno
incineran sus sueños.

Es media noche y la luna los refleja,
el universo los contempla
y la voz de Dios no resuena.

Ruleta rusa

Veo caras queridas y me pregunto
si ellos morirán primero que yo.
Quién cargará con el peso de mi ausencia
y quiénes me dolerán con el golpe de su partida,
cuántos abrazos valdrán la pena para la lágrima,
cuántas palabras debemos decirnos en vida
para llenar el abismo de la muerte.

Los días son kilómetros de las partidas
y la nostalgia nos cobra el peaje

La existencia se reduce a una ruleta rusa
donde el que sigue jugando
gana el vacío de los adioses
que nunca se dan a tiempo.