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THE WHALE: UN RELATO DESGARRADOR SOBRE EL TRAUMA Y EL DOLOR

Por Nhatalia Niño.

Imagen tomada de http://www.imdb.com

Lo conmovedora y devastadora que puede ser una historia tratada con el mayor de los cuidados y una pulida credibilidad es realmente lo que caracteriza una experiencia propiamente cinematográfica. Algo similar fue la que viví en la sala de cine al ver La ballena (2023) del director norteamericano Darren Aronofsky; un filme tan desgarrador que pareciese como si la historia que se está contando fuera de alguna manera la experiencia de un ser querido. Aronofsky tiene un talento natural a la hora de tratar el trauma y la psique de los personajes sobre los que escribe, lo que no fue una excepción en esta historia. La forma en que consigue involucrar al público, en una historia que inevitablemente nos incomoda y nos hace querer mirar hacia otro lado es la verdadera magia de una narrativa y un guión brillantes, incluso cuando ha sido uno de los aspectos más criticados de la película.

La Ballena nos cuenta la historia de Charlie, un solitario profesor de inglés que se enfrenta a unos hábitos alimenticios poco saludables debido a una tragedia que le dejó un trauma posterior. Al mismo tiempo, a lo largo de la película, el principal objetivo de Charlie es reconectar con su hija, Ellie, que tiene comportamientos destructivos y una aparente imposibilidad de empatizar con los demás. De ahí que la película nos lleve por ese camino con un buen ritmo, sin sentirse densa o lenta en absoluto. Debido a la capacidad del director para manejar la tensión, hay distintas partes de la película que uno podría pensar que no pueden generar ansiedad en el espectador, pero de alguna manera la técnica ejecutada les permite hacerlo.

Los personajes de la película son posiblemente lo que permite que la trama funcione; si éstos no estuvieran bien llevados, la película no sería fiable como retrato de los trastornos alimentarios (TCA), concretamente de la obesidad mórbida. Por supuesto, los personajes son fieles gracias a la escritura, pero también a las interpretaciones de los actores. Brendan Fraser está brillante en esta película, llevando a cabo una actuación tan realista y precisa que incluso se puede olvidar que lleva maquillaje; la forma en que conecta con su personaje de una manera que abraza la piel del mismo es lo que hace que su actuación sea tan identificable con las personas que se enfrentan a los TCA, y también con las que no.

En cuanto a los detalles técnicos, la película hace uso de diferentes recursos para desarrollar la historia de una manera estupenda. Por ejemplo, la fotografía nos indica estratégicamente la sensación de claustrofobia que el apartamento de Charlie puede representar para las personas que le visitan en la película; no necesariamente por el espacio de su apartamento, sino más bien por su físico. Para el público, la sensación se ve complementada por el hecho de que sólo presenciamos un escenario en toda la película, el piso de Charlie. Además, Aronofsky utiliza repetidamente planos de 360 grados, los cuales podrían indicar una intención de entender los conflictos internos a los que se enfrenta el protagonista, siendo también un impulso a esa sensación de asfixia que la película intenta transmitir constantemente.

La música, por otra parte, es también uno de esos elementos que va dando pistas al espectador sobre los sentimientos a los que se enfrenta el protagonista. La música cambia su ritmo dependiendo de las circunstancias, aumentando su ritmo y volviéndose frenética y tensa para el espectador, pero también girando a un ritmo más lento cuando la situación lo requiere. Asimismo, como detalle interesante, Rob Simonsen, el compositor, parece utilizar sonidos similares a los de las ballenas para relacionarse aún más con la narración.

En general, esta película ha sido bastante disfrutable como producto audiovisual. ‘Disfrutable’ puede que no sea la mejor palabra para representar los sentimientos y el sufrimiento que te hace pasar esta película, pero resume mi experiencia personal. La ballena me recordó la importancia de las actuaciones poderosas, de los personajes bien desarrollados y de una historia circular, que no importa si es predecible o no, lo que en última instancia importa es el viaje que nos llevó a ese conmovedor último momento.

Ficha Técnica

The Whale (2023)
Director: Darren Aronofsky
Guionista: Samuel D. Hunter.
Productores: Jeremy Dawson, Darren Aronofsky, Ari Handel
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Matthew Libatique
Montaje: Andrew Weisblum

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