ANTOLOGÍA: FELIPE MEDINA

FELIPE MEDINA. (Santander, Colombia, 1995). Escritor, poeta y gestor cultural. Desplazado por la violencia y víctima del conflicto armado colombiano. Egresado del Instituto Técnico La Cumbre. Tecnólogo en dirección y administración del Servicio Nacional de Aprendizaje. Participante de ferias internacionales del libro en países como Estados Unidos, Inglaterra, España e Italia. Ganador del premio a Escritor Revelación de Floridablanca (2021). Su poemario Anochecer de amores y olvidos fue publicado por la poderosísima Editorial Sátiro en el 2021.

Las ciudades

Las ciudades gritan,
aborrecen el título de propiedad
que les hemos interpuesto.

Dicen
que por más que las recorramos
con la soberbia de nuestros pasos,
seguirán en pie,
a diferencia de nosotros.

Dicen
que afrontemos la realidad,
y si esta cambia y ellas caen,
los escombros
nos arrastrarán
con ellas.

Certidumbre a tu silueta

Que voy a saber yo de tiempo
si amo rápido y olvido lento.

Que voy a saber de valentía
si le temo al frío y a tu indiferencia,
que quema como tal.

Que voy a saber de memoria
si llevo años coleccionando ausencias.

Que voy a saber de vivir,
si solo lo hago cuando estoy contigo.

Maquinaciones

Quizá enloquezca sin darme cuenta,
con la madrugada cómplice de ello

O quizás me bese la muerte
en una cita a ciegas

Ojala sea lo segundo,
ojalá sea la muerte,
no hay problema con ella,
pues la locura duele

Los locos sufren más que los muertos
y los muertos siempre son más amados
que aquellos que carecen
de cordura.

Deidades inexistentes  

Si las deidades existentes
no me complacen, y tú te has ido,
¿a qué apostaré mi devoción?

¿Quizá deba inventarme un nuevo dios?
A lo mejor sí… Quizá lleve tu nombre

Quizá te recen los amantes de las causas
perdidas, del amor sin rumbo,
los soñadores que jamás consiguen
lo anhelado

Si es así, yo me declaro tu fiel caudillo.
Escribiré tus mandamientos
y creeré en ti como mi único dios

Aun sabiendo que,
sin importar las plegarias,
los dioses no vienen,
sin importar los sacrificios
los dioses
nunca vienen.  

Limbo mordaz

Últimamente dejo las cosas sin terminar,
las dejo en un limbo,
me digo, “son para después”
aunque sé que es mentira

Quizá es por miedo a desvanecerme,
quizá es porque siento
que cada vez que termino algo,
una parte de mí
se queda en ese lugar
y nunca regresa.