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ANTOLOGÍA: ANA MARÍA MENESES

ANA MARÍA MENESES. Profesional en Comercio Exterior. Guiada por mera intuición, en 2018 crea la marca Cacaolate Artesanal que respeta el cacao como medicina sagrada del corazón y lo transforma en chocolate amargo, y en 2021 crea Casa Harsha, la Casa de la Felicidad, que lo fusiona con el arte y la literatura, al tiempo que despierta el dragón de su pasión por la escritura.

Desde 2022, ha participado en recitales, performances, slam poético y talleres de poesía y cuento. En 2023, uno de sus poemas fue ganador en la categoría de poesía en el IX Encuentro Ahí Están Pintadas -El Arte de Ser Mujer- del Museo de Arte Moderno de Bucaramanga. En 2023, participó en la segunda edición de la Antología poética La Mirada Invisible, proyecto auspiciado por una Beca del Instituto Municipal de Cultura de Bucaramanga – IMCT, otorgada al Laboratorio Creativo de Santander – LACSA.

En 2024, junto a Isaías Romero Pacheco crean el proyecto Antónimos Anónimos, una Antología de Cuentos producto de una serie de talleres literarios que reúne un grupo de ocho personas, hombres y mujeres de diferentes profesiones que residen en los santanderes y que dieron origen a esta publicación editada por Épica Ediciones.


AUSENCIA

Yo soy la pétrea montaña
la que parece inmóvil
pero por dentro hierve con sus rocas y su lava
soy lo que no tiene la llanura
la inefable ausencia de quien nació montañero
y tuvo que mudarse,
soy la única capaz de saciar su vacuidad.

Yo, y una cabaña rústica en mi cima
soy la única capaz de robarle el sueño de fuga
a ese que también quiere una cabaña por morada
                                                                            frente al mar.


ANTES DE EMPUÑAR EL LÁPIZ

Me unté de barro antes de empuñar el lápiz
rasguñé el barranco que desnudó el obrero
hendí la herramienta
retiré el terrón
sentí su frescura un día caluroso
lo regué en mi cuerpo de niña vieja siguiendo un ímpetu animal
lo sentí tan mío como el agua,
su aroma en mi paladar
como el café de la Sierra que me estoy tomando
me bebo el valle
el barranco
las raíces que retiré del barro,
me bebo el bosque y su madera licuada
las hojas que levanta la brisa repentina.

Mis manos le dan forma a lo que mueve mi cabeza de torno
soy hecha de barro
ligera
compacta
otra vez ligera
maleable
soy el elemento
la tierra que cubre el barranco
la que protege el tesoro
un retazo recuperado para la única obra de la artista,
                                                                                                      sus añoranzas.


EL VIEJO SUEÑO DE VOLAR

Esa que está abajo se parece a mi
¿lo es? ¿lo soy?
Sentí el hormigueo del cuerpo
que reconocí en experiencias sin vivir.
Es el cuerpo astral librándose de la materia.
El ascenso es lento, delicioso.
Quiero que se prolongue
¿Es este estado natural?
Todo lo demás parece ajeno, artificial.
El hormigueo no se detiene.
Entre más intenso más me elevo
y me vi como la sombra de mí,
cogí el cordón de plata
y amarré los tres nombres del tiempo,
lo hice un nudo y me lo comí.
Me sentí azul y despegué.
Atravesé la puerta de mi cuarto.
Más adelante,
por encima del hombro,
la observé.
Tenía prisa.
Temía que al detenerme regresara sin haber partido.
Atravesé la puerta principal ya más confiada.
Era de noche.
No había nadie sobre la ciudad.
No entiendo por qué tomé la ruta hacia la carrera 42,
si aún de día era una cuadra que evitaba.
Seguí volando a gran velocidad.
Recuerdo haber pensado que podía ir a cualquier parte.
No sé por qué escogí ese lugar,
si aún de día era una cuadra que evitaba.

El regreso fue como una película
que se devuelve a toda velocidad.
Y yo, como un polluelo, regresé al huevo
que minutos antes,
                                   eclosionó.


CARTA SIN CÓDIGO POSTAL

Cansado vas, judío errante
arrastrando al paso
la inmortalidad como castigo
paria, desterrado, emigrante
despojado de la ilusión que hace
volver a lo que es tuyo.

Sin equipaje vas, judío errante
cargando en tu mochila el peso
de tu maltrato al Cristo,
un profeta para ti
para el mundo
el mismísimo Dios-Padre.

¡Qué manía la del hombre de poner presas las ideas!
las atrapa
las moldea
las sienta en la silla de la vanidad
y desde allí, juzga.

Si hubieses previsto su poder
judío errante
son como esporas que se esparcen
sobre la inconsciencia colectiva.

En solo cien años pasaste de víctima a culpable
y como sombra de luna
eclipsaste el destello
que semitas sabios encendieron
en favor de esta podrida humanidad.

Errante viajero
dejas a tu paso una estela de venganza
que viene impregnada en la memoria de tu raza,
la maldición se desató
cuando la creencia validó la idea.

Por el camino de la compasión lograste
lo que jamás alcanzarás con la barbarie
                                                    has hecho de desdicha tu estandarte.


ÚLTIMO ALIENTO

Por encima de la trenza de colinas que de tarde en tarde el sol tiñe de malva y lila,
alcanzo a ver saltado los últimos venados
felices de tomar su baño dorado antes que decline el día.
Es el último y vital esfuerzo de la estrella luminosa
                                                                                         como el último aliento del moribundo.

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