ANTOLOGÍA: MACARENA PAZ VALENZUELA

MACARENA PAZ VALENZUELA, conocida como Macarena Paz, es música y poeta emergente nacida en Chile en 1994. Lleva algunos años viviendo en Bogotá. Ha sido publicada por la editorial n13bl4 con su poema Juicio Final y por la editorial UMCE con su cuento Donde los sueños perecen. Ha realizado distintos talleres de Escritura Creativa con apoyo de Biblored y el Planetario de Bogotá. Desde la música, su enfoque se centra principalmente en la interpretación de folclore, canción social y composiciones propias dentro de estos géneros.

PLEGARIA

Déjame ser la luna que te acune cada noche,
déjame ser beso que se pose en tu vientre
déjame ser quien peine tu cabello por la mañana
déjame ser el último aliento que te evoque.

Déjame ser, amor, todo lo que no se dice,
déjame ser perpetua en este nosotros
déjame ser el peso que habite tu alma
déjame ser brisa marina en tu piel.

Déjame ser la hebra de tu sueño más antiguo,
déjame ser tregua entre tus guerras
déjame ser guerra entre tus treguas
déjame ser, si no todo, al menos lo eterno

                                  cuando el mundo se deshaga,
                                              seremos ceniza y canto.

ALBEDRÍO

Te hablo a ti
que aún temes al espacio que se abre
                                          entre dos cuerpos.

Monopolio de los afectos
régimen impuesto del querer.

¿Quién nos enseñó que amar era cerrar puertas?
Negación de la negación.

Si no se deja dominar, no es tuyo,
si no arde en exclusividad, no es fuego,
si no clausura posibilidades,
no es suficiente.

Somos los rebeldes del goce.

Nos han querido normados
repetidos en novelas
decorados con roles y etiquetas
que nunca elegimos.

Nos tomamos la libertad
en la cama y en la calle
más allá de las banderas
como forma de respirarnos.

Te miro y no quiero que seas mi espejo
ni mi dueño, ni mi presa.
Tampoco mi padre
ni el rastro de una iglesia que bendice lo que anula.

Heterosexualidad monogámica obligatoria
fidelidad entendida como control de accesos
vigilancia perpetua del deseo.

Madurar es asumir nuestra responsabilidad en el juego
desmontar la mentira de que quedarse es poseer
y marcharse, traicionar.

A mí no me entregues tu vida
amor, quiero que la habites plenamente
y elijas compartirla
sin barrotes ni rendiciones.

Que la independencia jamás se confunda con abandono,
y la lealtad sea algo más que sumisión.

Quiero ser elegida sin cadenas
encontrar esa forma de quedarse
aunque la salida esté abierta
sin huir del otro cuando muestra su sombra,
tampoco cuando enciende su luz.

Si decides quedarte,
hazlo con la radical ternura de los valientes
con la mirada que no reduce
con la palabra que no quiebra.

Yo haré lo mismo.

Así, florecerá el cuidado
cariño en un pacto vivo
que se elige día a día
con todas sus consecuencias.

TEMBLOR

Podría hundirme en ti,
enterrarme en lo más profundo
renacer transmutada a fuego
brasa que no cede
humedad, vapor,
agua que estalla y se entrega.
Me dejo habitar por la contradicción,
atraída como roca hacia el centro de la tierra.

Quiero hacer una guerra contigo en mi cama,
morir los dos, felices

justo en el núcleo del mundo.

Yo, que prometo ser
animal de un solo dueño,
me vuelvo aullido
canto de pájaros
lengua húmeda de selva
latido denso como el Amazonas.
Hoja que brilla con la lluvia
y en tu piel se queda a vivir.

Una sensación de vida eterna
se enreda en mis raíces.

JUICIO FINAL

No hay mayor pecado
que nacer humano

Plaga inmunda de irremediable tiranía
epidemia devoradora de huesos.
El apocalipsis será eco-green

Encarnación del mal
degeneración de especie
bestia bípeda de la discordia
escoria de las escorias

Si el libre es salvaje
el civilizado es un animal sin dientes.

Cadáver comido por gusanos

La teoría murió en la academia
confundieron lo profano
                              y lo sagrado

Mesías de verdades falsas
profetas de la destrucción
predicaron la explotación
invocaron todos los horrores:

Hemos abierto las puertas del infierno