ANTOLOGÍA: DIEGO ROMÁN KONRAD

DIEGO ROMÁN KONRAD. Escritor, poeta, docente y gestor cultural payanés. Estudiante de Doctorado en Educación – Universidad Americana de Europa – España (Investigación sobre la poética de Matilde Espinosa: lucha social y educación en el siglo XX). Magíster en Educación desde la Diversidad – Universidad de Manizales; tesis sobre el Reconocimiento del Otro y La Diversidad Cultural. Comunicador social y periodista con énfasis en Semiótica Audiovisual y Fotografía de  Unicomfacauca; Director Académico – Cultural y miembro del comité organizador de Popayán Ciudad Libro (2018-2022). Promotor de lectoescritura y artes en comunidades campesinas, indígenas y  afrocolombianas del Plan Nacional de Lectura, Ministerio de  Educación Nacional. Escritor invitado a la Feria Internacional del Libro de Bogotá (2023-2025), Escritor invitado a las Ferias del Libro en Cali, Neiva, Pereira y Armenia. Recitales poéticos en Alemania, EEUU, Francia, Indonesia, España, México, Ecuador, Argentina, Chile, Venezuela, entre otros. Docente universitario e investigador registrado en el CvLAC de Colciencias con  Grupos de investigaciones de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales,  Artes y de la Educación – Unicomfacauca. Docente del Centro de Lectura y Escritura CELEER; Jurado evaluador de concursos literarios a nivel nacional. Creador del Club de Lectura Matilde Espinosa y Director del Club de Lectura RIZOMA de la Universidad del Cauca. Docente Investigador de la Maestría en Educación Universidad de Manizales. Miembro de la Red Latinoamericana de Metodologías en Ciencias Sociales (REDMET) y Asociación Colombiana de Investigación en Comunicación (ACICOM). Reconocimiento a Gestión Cultural y Académica por la Secretaría de Cultura y Turismo de Popayán (2023); Reconocimiento especial Vida Literaria y Gestión Cultural por el Honorable Concejo Municipal de Popayán (2019). Libros publicados: “Acontecimientos, subjetividades, políticas,  tensiones en la vida colectiva” (2023), Sello editorial UniMeta; “Lineamientos  generales para la escritura de textos académicos” (2023), Sello editorial  Unicomfacauca; “Del Triángulo a la Noche” (2010); “Poemas Uránicos” (2015,  segunda educación 2019); “We Humans” (2018); y “El Rezo que Anochece” (2025), Escarabajo Editorial. 

Silencio

A Rilke

No vino del mundo
  sino de un pliegue secreto en el Ser Interno,
  tú hablaste como quien escucha
  la caída de un ángel sin nombre
  en el centro de una meditación.

Tu música no se oye,
  se respira
  como una transparencia que pesa,
  como un abismo que canta.

Tocaste lo invisible
  con palabras que no querían decir
  pero sí Ser,
  y en cada verso
  una puerta se abría
  a un dios sin templo,
  a un fuego sin llama.

Nos dejaste la tarea
  de aprender a estar solos
  sin estar vacíos,
  de orar sin palabras
  hasta que la vida responda
  desde su altura invertida.

Oveun Onimac

Rezar
  y caminar,
  como si los pasos fueran grietas
  en la piel del mundo.

No hallar hogar,
  sino puertas que se cierran
  antes de ser tocadas.

Los muros retroceden,
  las ciudades se desvanecen
  como un nombre mal pronunciado.

Y entonces,
  sin buscarlo,
  el que camina
  se vuelve el trazo de su paso:
  no un hombre,
  no un rumbo,
  sino el intervalo entre ambos.

Ya no hay camino.
  Sólo el que camina.
  Y eso basta
  para que todo exista
  de nuevo.

Seremos lluvia

El agua solitaria cae
  como si alguien intentara recordar
  lo que ya no tiene nombre.

Gota a gota,
  el mundo se deshace
  en una memoria
  que no sabe a quién pertenece.

A veces creo que la lluvia
  es el olvido desnudando su forma final:
  ni sombra,
  ni cuerpo,
  ni fecha.

Hay rostros que sólo viven
  en el agua que no cesa.
  Y sin embargo,
  ninguno sobrevive al charco.

Quizás no somos más que eso:
  una lluvia que alguien quiso retener
  y no pudo.

Monólogo del Minotauro con el hilo en la mano

No fui el monstruo.
 Fui el centro.

Todo lo que hicieron giraba en mí,
 pero nadie vino a quedarse.
El hilo entró como un temblor,
 una recta imposible
 en mi mundo sin bordes.
Pensé:
 al fin alguien recuerda que existo.
 Pero el amor venía atado
 a una salida.

Teseo no me mató.
 Me mató la lógica del hilo:
 esa promesa
 de que todo se ordena si alguien te olvida.

Ariadna tampoco miró.
 Ella solo tejía ausencia.
Morí de ser necesario.
 Morí de estar en medio
 de un camino hacia otro.

Himno

A Laura Marcela

Respiro, respiro, respiro,
Ella sigue en mí,
pero hay vuelos que el hombre no alcanza,
cumbres e ilusiones,
raíces y abismos,
todo tiene un aire
que silencia la melodía…

¿Y la mandrágora no canta?
¿Acaso el temblor de la sábila
no es un cántico?
¿No son mis manos
los teclados de la pared blanca?
¿Aun así, pides un respirar?

Respiro, canto y respiro,
Ella se está alejando,
Hay hombres que no consiguen
arder en el hogar,
La gota de humo,
El anillo que resbaló
en la obscuridad de otros ojos,
Todo tiene un aire
que silencia la música…

¿Y si me vuelvo canción?
¿Y si me he vuelto un Rezo
sin pronunciar “Amén”?
¿Aun así, pides un respirar?
Camino por última vez,
Abro las ventanas de pluma,
Y siento que mis lágrimas
se evaporan en himnos,
Himnos que llevo dentro
y jamás los podrás escuchar.