ANTOLOGÍA: DAMARIS ROMÁN

DAMARIS ROMÁN es Licenciada en Artes Escénicas (UdeA) y estudió Escritura para Medios Audiovisuales. Es directora artística, actriz, narradora y dramaturga. Cofundadora del colectivo Los Parias de la Palabra en (2019). Ha recibido varios estímulos de la Secretaría de Cultura de Medellín por sus obras. Ha participado en diversos espacios culturales y en La Verbena Literaria de la Fiesta del Libro de Medellín en el mismo año. Publicó su libro Subciudad en 2020 y fue invitada al Festival de Poesía La Luna con Gatillo 2020 (Monte Hermoso/Argentina), en 2021 al Encuentro de Escritores y Artistas M.I.E.L y en el Festival Internacional de Poesía Génova/Italia 2022 y al Festival Internacional de Poesía de Medellín (2023). Sus escritos y poemas han sido publicados en antologías digitales e impresas. Tuvo una mención de honor con uno de sus escritos en la XIV publicación del libro Voces y Silencios 2020, y un reconocimiento al aporte de la cultura en el municipio de Caldas (Antioquia). Ha organizado diversas veladas artísticas y poéticas nacionales y binacionales en la ciudad de Medellín.
La hija del maíz
Me llaman la hija del maíz
Porque soy altiva como la mazorca al calor del verano
Envuelta en hermosos vestidos de capas móviles
Al ritmo de mis suaves y firmes andadas
Orgullosa en mi tallo erguido
Enraizada como plántula en tierra fértil
Creciendo fuerte bajo la lluvia
Pues las hijas del maíz no se humillan ante el granizo
Nacimos de la tierra negra de los Andes que abraza el volcán
Lava caliente fluye como el caudaloso río Cauca
En nuestra sangre, fulgurando en las pupilas
El viento nos ha llevado por siglos como indomables corceles
De crines lacias a tierras ácidas, resistiendo, mutando,
Con la cara al sol, que ha enrojecido nuestros pómulos
de tanto besarlos.
Las yemas de nuestros dedos son tiernos granos
que tejen la historia
Dedos que se desgranan en caricias o en bofetadas
ante el desprecio
Sinsonte soy, porque aprendí el canto de otras aves
Canto al crepúsculo y al sol de la mañana
Sinsonte soy de corazón libre porque también
soy la hija del viento.
Lluvia de Cien Puertos
Hoy mi canto es lluvia de spleen
Lluvia de saudade
Lluvia de sodade
Lluvia de cien puertos
Lluvia de aeropuerto
Arena cerniéndose en mi maleta
Arañando mi garganta en paraderos de autobús
Mi canto es fatigante éxodo, terminal tras terminal
Un canto mudo de autostop
Bocinas mareadas en el tráfico de mediodía
El acento de mi pregón perdiéndose en mercados callejeros
Mi canto es el lamento en los barrios
Un canto desafinado acompañado de un bafle averiado
Hoy mi canto es lluvia de spleen
Lluvia de saudade
Lluvia de sodade
Lluvia de cien puertos
Lluvia de aeropuertos
Lluvia de sirena llamando al embarque
Acordeón despidiendo una habitación de paso
Lluvia empañando la despedida de una triste ventana.
(Sodade: morna cantada del criollo caboverdiano a la hora de partida y la nostalgia a la amada que quedó en tierra lejana)
Hoy brillan los colmillos de la guerra
Y la vida insiste en nacer.
Hoy la vida es bella. ¿Por qué no ha de ser?
Hay llanto y risa pero cielo azul
Llueven ráfagas mortales. Y yo recuerdo
los terribles días, mi última infancia;
Mi cara lívida en la sala congelada
Más dura que el rostro de la ira.
Mi primavera muerta; y la roja linfa
el machete danzante; y la casa ruina.
Luego carne y pensamiento tristes
instalaron aire en el silencio.
Por eso esta guerra y sus colmillos
me atraviesan la sien.
Mi vientre sí palpita, y se compadece,
Dos ojitos se abren
En la honda herida de mi vida muerta.
Hoy me levanté con dolor de muerte
Hoy me levanté con dolor de muerte.
La he llevado incrustada en mi espalda
con alambres de púa, sonidos de metralla
y helicóptero…
Hoy me he levanté con dolor de muerte
porque de tanto verla, ha languidecido
hasta desvanecerse.
Hoy me levanté con dolor de muerte.
He visto en el espejo la marca en
mi frente con el nombre patria
y mis labios están cosidos.
Hoy extraño nuestras largas compañías
y mis reclamos envueltos en silencios.
Hoy me levanté con dolor de muerte.
Porque aún me estrello contra el piso
y mi boca se llena de tierra.
Aún no me acostumbro a las mismas
historias de horror.
Hoy me levanté con dolor de muerte.
Porque aún es avasallante
su intempestiva llegada.
Hoy me levanté con dolor de muerte
Porque sólo seremos sombras
difuminadas al final de los días.
Hoy me levanté con dolor de muerte
porque me ha dicho que haremos
un mosaico de nuestros despojos
y lo llamaremos nación.
Gris
La niebla y el esmog
Se levantan como edificios de asfalto
La terca bruma apaga la ciudad
Oculta el verde
Y una torre gris
se erige partiendo mi corazón
Un melancólico optimismo me invade
El verano se ha disipado
Solo queda este gris
solo la bruma
solo la lluvia…
Fumo un porro y exhalo
este corazón deforme.
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