ANTOLOGÍA: CARLA LÓPEZ

CARLA SUSANA LÓPEZ CERVANTES. Jalisco, México, 1985. Docente de educación preescolar, arte terapeuta en formación y aficionada a la poesía. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Encuentra en la poesía el medio ideal para perpetuar la posibilidad del juego, construye poemas que le permiten hacer trucos con el lenguaje, trampas inofensivas, caprichos del imaginario, alebrijes poéticos. Lectora insuficiente y entusiasta de la procrastinación. Le tomó tres días redactar este párrafo.

SUSTENTO

Yo,
alimento desde la matriz
hasta los pechos,
a los hijos,
repartida en sustancias, en sustento.

Yo alimento,
con el amanecer pisándome los talones
hasta la noche surcándome entera
en alquimias de calor y humo.

En ese otro vientre de cocina,
transformo mi energía
y soy nutriente del recuerdo
y voy criando al corazón.

Yo alimento
dentro y fuera,
fuera y dentro,
alimento.

Extraño la sincronía
y las horas de agua en los dedos,
los dedos de agua en las horas.
Extraño ser asiduos.
Extraño inventar singularidades,
desdoblar el tiempo para alcanzarnos
en los extremos de la luz.
Extraño ser un rebote de tu lengua
o un chasquido en tu memoria,
un corto circuito en el rabillo del ojo.
Extraño ser la forma que nombramos
y la audacia de creernos
más veloces que el fuego.

QUEBRANTABLE

Hay una geometría sin costuras
naciendo de las sombras,
la forma de la oscilación
cuando la luz se vacía.

Las figuras nubladas
que mueven las ópticas.

Lo inexacto, lo dúctil, lo aleatorio
como un recordatorio
de que hasta la coherencia
busca
donde
romperse.

TENDIENTE

Propensa a jugar
con la figura temblorosa del equilibrio.

Asidua a los simulacros,
a usar los mismos hilos que tejo para mecerme,
un momento del que saco todas las hebras posibles.

Sobre el espejo en el agua
mi reflejo es el de una araña tirando de la esperanza,
el de una hilandera ferviente de los inicios,
el de una acróbata y su circo mental.

ENVERBECIDOS

Afuera como adentro
me bugambilia el corazón
que es una flor de escasos pétalos.

Se jacaranda mi sangre revuelta
y tabebulle.

Guayacaneas la sonrisa,
se desanuda el sol.

La primavera se nombra para hacerse
y nos refiere.

INSOSTENIBLE

He talado excesivamente la raíz de este símbolo,
he secado su cuerpo de agua,
extinguí cada signo de su fauna.

Predé mi propio corazón.

Hurgar dentro
es hacerle una caricia
a un bosque incendiado.