POR LAS COSTURAS

Por Katherine Parrado Morales.
Imagen tomada de internet.

¿Es acaso esto periodismo? Ver el cielo como presagio de los días que nadie espera; oír voces que cuesta acoger, pero querer oírse uno mismo ahí; caminar más lento mientras las calles se llenan del afán de los demás. ¿Es acaso esto periodismo? Buscarse en las canciones que suenan a antiguo; tenerle paciencia a la garganta rota del señor que se sube al Transmilenio para cantar indefinidamente, desde el Portal del Norte hasta Las Aguas; percatarse del vivo recuerdo con que Willie Colón le sigue hablando a la gente: “sin mirarte, yo te miro / sin sentirte, yo te siento”.

Yo los miro, ellos me miran, el cantante los mira. Sin sentirnos, nos sentimos.

Los amores —esa eternidad prometida, pérdida, abandonada, ligera, indeleble— le siguen hablando a la gente. ¿Es acaso esto periodismo? Esquivar la mirada del que se sienta justo en frente, detrás de sus lentes, bajo su cabello blanco, con la autoridad que le da su edad, sus ideas, su forma de acechar; esquivar su mirada de señor inquieto que quiere ser correspondido, mirada de transeúnte que encuentra un pedazo de intimidad con la que se sienta frente a él; mirada que interroga, divide, amilana, y que concluye con su gesto de alzar las cejas para sentirse correspondido, y si es el caso, suponer que una sonrisa agrega más cercanía. Una conversación jamás pedida. ¿Es acaso esto periodismo?

La ciudad grita en cada milímetro, un grito de muchedumbres, de aislamiento, de calor entre hombres que no se encuentran, no se conocen; un grito de horas que nunca duermen ni en los edificios de veinte pisos, ni en las casas gigantes de estética narco, ni en las láminas de aluminio de los barrios altos de Usme; un grito en cada Uber, Didi, Cabify que, clandestinos, le quitan de frente la dignidad a los taxis, mientras los pasajeros renuncian, por fin, a un servicio indigno. Todo grita, absolutamente todo. ¿Es acaso esto periodismo?

No, no lo es. Algunos avezados como García Márquez o Lispector lo hicieron periodismo. Ahora debo averiguar qué clase de periodismo es este que mira las cosas urbanas por las costuras, cuando la ciudad grita desgarrada.

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