TRILOGÍA, O UN SINO TRÁGICO PERPETUADO EN LA SANGRE

Por John Gómez.

Publicada por Editorial Planeta en diciembre de 2023 (mismo año en que su autor se alzó con el Nobel de Literatura), Trilogía, de Jon Fosse, es una obra oscura, pesada. Y no es solo porque su estructura narrativa sea tosca, salpicada de personajes, escenarios y diálogos salvajes (y un tanto primitivos), sino porque la historia que atraviesa sus páginas, vinculando los títulos Vigilia, Los sueños de Olav y Desaliento (publicados entre 2007 y 2014), aborda el destino trágico de una familia a lo largo del tiempo, y nos cuenta sobre Asle, un joven músico que ha quedado huérfano, y Alida, una joven campesina de padre ausente a quien su madre trata con desprecio, siendo este el punto de partida de la trama: el exilio al que la pareja se ve obligada y las condiciones de esta huida repentina.

Así, y con un vientre henchido en el que apenas si revolotea la vida, Asle y Alida se verán obligados a huir de su natal Dylgja en busca de un lugar donde vivir, enfrentándose al rechazo de los habitantes de Bjørgvin (donde no consiguen dónde pasar la noche), el maltrato de la madre de Alida, el hambre, la pobreza y el frío de un otoño lluvioso que les cala hasta los huesos.

A partir de ahí, y con una especie de triste inocencia, o ignorancia (una forma de extrañamiento frente a todo lo que le rodea), Asle se verá obligado a matar, robar y esconderse con el fin de proteger a su familia. Pero esto no es más que una intención, pues el castigo ha venido fraguándose desde el comienzo, y pronto el destino de Alida, Sigvald y su descendencia se verá afectado por los crímenes de Asle (no de Olav, por supuesto, sino de Asle), como una larga condena que ellos mismos, Asle y Alida, han venido cargando desde su nacimiento, y habrán de cargar generaciones después.

Al final, no hay forma de escapar a la tristeza, que todo lo devora, igual que el mar, cuyas olas encrestadas terminarán de sumir a los personajes en una misma oscuridad. Una quietud apacible en donde la muerte no parece ser el fin más que para el dolor, pues en las notas de un violín, en el azul de las aguas y del cielo de verano, las voces de Asle, Alida, Olav, Åsta y Ales habrán de encontrarse, nuevamente, como si siempre hubiesen estado allí, como si nunca hubiesen estado solos.

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