AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL, O SOBRE LA SOLEDAD

Por John Gómez.

¿Qué puede florecer en el desierto?, ¿existe algo al sur de la frontera, al oeste del sol? En su obra de 1998, publicada por primera vez en español en 2003, y editada veinte años más tarde por la Editorial Planeta, Haruki Murakami nos cuenta la historia de Hajime, un hombre que, pese a tenerlo todo, se ve consumido de repente por el vacío que crece en su interior, cuyo eco solo puede responder la presencia de Shimamoto, una amiga de la infancia que reaparece veinticinco años después para llevar a Hajime a confrontarlo todo: su vida, su trabajo, su familia, su pasado.

Luego de las novelas cortas Escucha la canción del viento y Pinball 1973, Murakami encuentra en Al sur de la frontera, al oeste del sol el ritmo preciso para desarrollar una historia que clava los dedos en sus experiencias de juventud (un matrimonio joven, un administrador de un bar de jazz) para desenrollar, hilvanando a veces con la misma carne, esta historia de madurez, que transluce a un Murakami más experto, tanto en el arte de la narrativa como en las peripecias del matrimonio y la vida familiar, con todo el riesgo que parecen implicar palabras como deseo, amor o muerte (los grandes temas de la literatura universal).

Al final, esta es una novela que, si bien no tiene nada nuevo qué decir, nos permite revisitar una historia de infidelidad harto conocida (sobre la que mucho puede haberse escrito ya) de una manera intimista y personal, como si fuera nuestro propio matrimonio el que se acaba, como si fuera la vida misma que nos queda la que se enfrenta a las visiones del abismo con la promesa de quizá (solo quizá) ceder al peso que nos empuja a caer en él.

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