LOS NIÑOS IMAGINARIOS, O EL ABISMO INTERIOR

Por John Gómez.
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Nicanor Parra
¿Dónde podrías refugiarte del miedo que habita dentro de ti?, ¿cómo escapar del vacío si este se expande dentro del pecho? Los niños imaginarios, de Valentina Toro, es una obra que nos confronta con ese mundo que todos construimos en la niñez, y que pretendemos olvidar a medida que vamos creciendo, pero la magia (la verdadera magia, la que viene de la mano de una madre que alivia el dolor de la caída, o del padre que inventa historias para darle bienvenida al sueño) se resiste al olvido, se aferra a los huesos y, de cuando en cuando, se filtra en los recuerdos vestida de nostalgia. Esta misma nostalgia es aquella que habita el mundo de Lorenzo, nuestro joven narrador, quien, confrontado a la ausencia de la figura paterna y a las formas del duelo que se ensanchan por la casa, devorándolo todo a su paso, descubre un mundo mágico que siempre estuvo ahí.
A lo largo de la novela, la autora referencia constantemente la popular obra de James Barrie, pues sus niños imaginarios comparten características evidentes con los niños perdidos en la historia de aquel niño que nunca quiso crecer, en un trasfondo que pone de facto la apuesta por no perder la inocencia de la niñez en un mundo en el que la ciudad pretende destruir el misterio (y no en vano nos encontramos con la figura de un bosque lleno de seres fantásticos que se resisten a la presencia anodina y amenazante del mundo de los adultos). De igual manera, Lorenzo debe decidir entre seguir el camino que ya ha empezado a recorrer su hermano Manuel (a quien siente cada vez más lejano debido a su edad) o si, por el contrario, se dejará seducir por la aventura a la que lo invitan los niños imaginarios, a pesar del miedo. Porque este libro es también un libro sobre el miedo: el miedo a crecer, a dejar de ser aquello que nunca hemos comprendido del todo, a la pérdida y el duelo consecuente que esta conlleva.

Al final, por más de que la trama nos transporte a ese otro mundo, el mundo de la abuela Flora, lleno de misterio y de magia, la historia de Lorenzo es una historia que todos podemos comprender, así la claridad nos llene de agujeros el pecho, así nuestro corazón se vea sacudido también por el oleaje de la tristeza.
No olvides seguirnos en las redes sociales como @altervoxmedia Déjanos tu opinión sobre esta y otras notas en la sección de Comentarios, o en la sección de Contacto, y #PasaLaVoz
Categorías
altervoxmedia Ver todo
Alter Vox Media S.A.S (NIT: 901019145-1) es una plataforma digital, enfocada en impulsar la escena artística y cultural de la región desde diferentes disciplinas.