Saltar al contenido

FLORES PARA MIS MUERTOS, O EL DOLOROSO RETRATO DE NUESTRA HISTORIA NACIONAL

Por John Gómez.

Siempre me han gustado las historias de fantasmas porque pienso que no hay nada más terrible que el silencio, y que la soledad pesa mucho menos si la resistimos entre muchos, a pesar de que a veces su peso parezca insoportable. Por eso, cuando supe que Andrés se había ganado la beca de creación del IMCT con una novela sobre fantasmas (en un país atiborrado de víctimas invisibles, acalladas por la fuerza y el dolor), supe que tenía que leerla. Y acerté.

En Flores para mis muertos (2022), su primera novela publicada, Andrés F. Castañeda Muñoz da inicio a su historia con una frase contundente: Yo tenía seis años cuando comenzaron a visitarme los muertos de mi familia. A partir de ahí, y a lo largo de siete capítulos (que pretenden señalar el curso inevitable del tiempo, pues el final será siempre el mismo), sitúa al lector en el papel de médium entre la vida que se desarrolla en un pequeño pueblo colombiano (que, claramente, podría ser cualquiera) y los muertos que deambulan por la casa familiar. El narrador, un pequeño que puede ver estas apariciones recurrentes, que tratan de mediar por los vivos y sus afanes, hace un recuento, no de la historia de su pueblo, como pretendiese aparentemente Castañeda, sino una genealogía de la violencia en Colombia, que muchos conocemos de lejos pero que no puede hacer otra cosa que dejar al lector con los ojos anegados en llanto al sentir, en su propia carne, la contundencia de las palabras con las que cierra el último de sus diálogos: No hay nada que puedas hacer. Quédense todos juntos.

Y no es para menos, porque aquí son los muertos los que hablan, los que reconocen la certeza de saberse efímeros y, sin embargo, se resisten a partir, pidiendo no ser olvidados, resistiéndose a ser borrados de las páginas de la historia, siendo esta novela una metáfora de esas mismas flores que les permiten (y que nos permiten a todos) seguirse aferrando a la vida. Los escenarios, en los que resuena la sentida voz de una María Mercedes Carranza que también se resiste al olvido, tienen una forma especial de llenarse de vida, a pesar de la amenaza constante del fuego y la muerte, como si florecieran justamente con el propósito de morir, con la idea de que el destino se cierne inevitablemente sobre todos nosotros.

Porque hay tristezas que no se acaban nunca y el mundo está lleno de fantasmas que nadie escucha. Porque Andrés se ganó una beca y este libro puedo nacer, y todos sus fantasmas tienen la oportunidad de ser escuchados una vez más. Porque sus paginas son una sentencia de un pasado que no deja de repetirse constantemente en este país. O, quizá, porque yo también quisiera volver a hablar con el fantasma de mi abuela y sentir que no está muerto realmente lo que no se olvida. Por todo esto, Flores para mis muertos es una novela que debe ser leída, que merece ser leída, con la misma atención con la que un niño de seis años aguza el oído para tratar de darle forma a los susurros en medio la noche y despierta con un eco de lágrimas al amanecer.

No olvides seguirnos en las redes sociales como @altervoxmedia Déjanos tu opinión sobre esta y otras notas en la sección de Comentarios, o en la sección de Contacto, y #PasaLaVoz

Avatar de altervoxmedia

altervoxmedia Ver todo

Alter Vox Media S.A.S (NIT: 901019145-1) es una plataforma digital, enfocada en impulsar la escena artística y cultural de la región desde diferentes disciplinas.